Cuándo pedir ayuda en tu emprendimiento
Pedir ayuda parece fácil pero no lo es. Se piensa muy rápido que pedir ayuda es decir: “ por favor, haz esto por mí”.
Pero no. Va mucho más allá de eso. Va mucho más allá de reconocer que no puedes, que tus virtudes, que tus capacidades, habilidades o conocimientos no son suficientes para lograr aquello que quieres. No lo es cuando crees que puedes hacerlo todo.
Empezamos con la ilusión de tener nuestro negocio digital. Se piensa, equivocadamente, que con abrir un perfil en redes ya es suficiente. Que nos podemos encargar, paso a paso del trabajo que hay detrás de él.
Entrando en el llamado síndrome multitarea, que nos sirve mucho, mucho, para perder el foco de lo importante en tu negocio: tú, tu bienestar, tu saber hacer y desarrollar tu profesión.
¿Hay un momento exacto para pedir ayuda? No. No lo hay.
Podría decirse que es, muchas veces, cuando llegas al límite del cansancio. Cuando ves que se te va el día en cosas que no tienen nada que ver con tu negocio.
Es cuando aun teniendo un mundo de recursos y conocimientos paras y te dices “esto que lo haga otra persona”.
El momento exacto lo sabes tú.
Casi siempre es cuando sientes que hay algo, una tarea diaria o semanal por donde se te está yendo la energía.
Otra forma de saberlo es cuando sientes que no estás siendo lo suficientemente productiva en tu negocio, con tus clientes…
O quizás cuando sientes que es el momento. Y lo sientes porque estás preparada para hacerlo, y no tienes miedo de que alguien haga “eso” que has estado haciendo tú o que alguien te aliviane el trabajo para seguir adelante con tu negocio.
Es un gran paso para aprender soltar y confiar. Soltar el control, el yo puedo con todo. Y confiar en que, al igual que tú, hay personas experimentadas en sus respectivas áreas de negocio que estarán encantadas de ayudarte.
Te ayudarán así como tú lo haces con tus clientes.
¿Qué delegar?
Para entrar en detalle de qué delegar en tu negocio digital, podrías empezar por encargarle a alguien que te lleve las redes sociales, si no te gusta. Si no eres tú la que hace redes o se te da bien llevarlas, puedes confiar que hagan el blog.
Por qué no el marketing digital. Te ahorrarías un curso más de cómo hacerlo tú misma. Que de esos abundan, todos con la mejor intención que, en mi experiencia, han servido para desviarme de mi cometido, así como para saber qué delegar, también debo reconocerlo.
Que alguien te haga la página web, que alguien lleve tu contabilidad, que alguien conteste tus mails o que te faciliten la creación de las automatizaciones de tu negocio…Tu sabrás cuándo delegar no hay un momento exacto para hacerlo.
Recomendaría, por ejemplo, delegar aquello que te cuesta muchísimo hacer. Tareas en las cuales notas que se te va mucha energía creando, haciendo o formulando. Esas en las que se te va el día y que no son tu área de genialidad.
Tal vez “eso” sería lo primero en delegar.
¿Por dónde empezar a delegar?
Los 3 puntos que, en mi experiencia, de mis clientes y amigas, hemos visto que es lo que hay que dejar en manos expertas.
Aquello que no te gusta hacer.
Lo que si tuvieras mucho dinero ahora mismo lo delegarías sí o sí.
Eso con lo que te entretienes muchísimo y descuidas tu negocio.
Y en este punto te invito a que te plantees si lo que estás haciendo es realmente lo que quieres hacer. O si esto último que te encanta hacer y se te va el tiempo en ello podrías monetizarlo y darle una vuelta a tu emprendimiento.
Las cosas que sí te guste hacer, sí que las puedes seguir haciendo, siempre y cuando no te quiten tiempo de calidad para tu negocio. Sin embargo, aquellas con las que sientas que es una obligación para ti ¡delégalas!
Te sentirás más liviana y con más ilusión de seguir con tu trabajo.
A esto (delegar) se le llama comprar tiempo.
Sí, compras tiempo porque estás pagando a alguien que sabe hacer aquello que a ti no te gusta. Estás pagando su tiempo, valiosísimo por cierto, que invierte en hacer todo aquello que a ti no te gusta y ese tiempo es libre para ti.
Un tiempo maravilloso, único e irrecuperable, como siempre digo, para dedicarte ya sea a mejorar tu negocio, atender a otros clientes, estar con tu familia o quizás, por qué no, simplemente para ti misma.
Te preguntarás: Si estamos hablando de dinero ¿qué cantidad debería invertir?
Es aquí cuando necesitas la ayuda de una persona experta en gestión de dinero.
Para poner primero orden a tus finanzas personales. Con ello saber cuánto ganas cuánto gastas, así como la cantidad que necesitas para vivir.
Y segundo, en base a lo anterior y, con un balance de cuentas de tu negocio, saber si te está siendo rentable para poder destinar un porcentaje a este nuevo desembolso. Si es así, mirar bien que sea asumible para cubrir el gasto de la tarea a confiar. Recuerda bien un gasto que sea asumible por tu negocio.
Si estás empezando no es necesario que inviertas tantísimo dinero. Será suficiente con que delegues una parte.
Te comparto mi experiencia por si te puede servir de guía o inspiración.
1. Hice mi propia web, con un curso y para adelante.
Sabía que no era experta en webs y que necesitaba que alguien me diera una vista de experto. Para perfilar bien el diseño, la forma, el contenido, las imágenes. Algo así como la decoración de la web, dado que la base ya estaba hecha. Para ello contraté a alguien para que me hiciera una auditoría de web.
Con esas pautas le di una vuelta y las sigo hasta hoy.
2. La paleta de colores también la hice yo. Sí, a veces soy muy creativa. Una emprendedora, qué te voy a contar, al igual que tú quería hacerlo todo. En este caso pedí el apoyo a una diseñadora de marca para terminar de crear la paleta de colores y el branding.
Me salió más barato. No lo hice en su momento para que todo me saliera más barato, no. Era porque quería aprender a hacerlo todo y me di cuenta, como lo dije en el blog anterior, que no es fácil hacerlo todo tú sola pero de camino aprendí muchísimo.
3. El copy fue otra historia.Se me da bien escribir como se puede notar. Pero no soy experta copywriter, así que también contraté a alguien para que me ayudara con una parte del ello, puesto que tenía muchas cosas hechas. Un copy para mí extraordinario. Hecho por Vanesa Nova, todavía sigue siendo el mismo que ella me hizo en su momento.
4. Las redes sociales. Solté y confié totalmente cuando tuve claro el estilo, el tono y la voz de mi comunicación. Con el manual de estilo de comunicación, el diseño de y el arquetipo de marca dejé mis redes en las manos de mi socia digital.
Con el paso del tiempo y a medida que tu negocio va creciendo, delegas con mayor facilidad. Recuerda que es para un bien mayor esto de soltar y confiar en manos expertas.
Espero que estas recomendaciones, y la experiencia que te he contado por la que he pasado, te sirvan para reflexionar sobre qué es aquello que vas a delegar, y si los ingresos que tienes ahora mismo cubren los gastos de ese servicio que quieres contratar.
Ten presente que esto va en el apartado de gastos no lo confundamos con costos. Si quieres más información sobre gastos o costos o qué es un gasto o qué es un costo, ponte en contacto conmigo, través del correo electrónico hola@sandraeliana.com o a través de las redes sociales.
Aquí estoy para ayudarte.
Te invito a comenzar con el webinar gratuito Cuida tus sueños cuida tus finanzas
Gracias por leer hasta aquí.
Te deseo muchísima suerte en aquello que vas a delegar. Me encantaría saber con qué vas a empezar.
Un abrazo enorme.